30/6/15
Uno de los mayores retos para el seguidor de Cristo es mantenerse en equilibrio. Los extremos son fáciles: amor sin verdad, verdad sin amor, aceptar todo, permitir todo, condenar todo. No requiere nada de esfuerzo dejarse llevar por la emoción del momento, y requiere poco esfuerzo entumecerse y no sentir nada.
Pero nuestro llamamiento es por un camino mucho mas difícil, y es seguir el ejemplo de El quien es nuestro Camino, Verdad y Vida. Había personas consideradas las más pecaminosos por los religiosos del tiempo de Jesús. Para estos Jesús sintió compasión, y se hizo amigo de ellos. Ellos en retorno sintieron su amor y fueron atraídos a él. Jesus hizo esto sin jamas condonar su actividad pecaminosa. Creo que la respuesta de tristeza y compasion de Jesus ante el pecado del mundo, fue porque el entendió mejor que nadie cuan dañina y cuan destructiva es el pecado a nuestra relaciones más importantes.
Tomemos la mentira y la deshonestidad como ejemplo. Por cuanto una persona intenta convencerse que las mentirillas blancas no dañan a nadie, y si la mentira no se detecta, pues “no pasó nada” - eso en si es una mentira, un engaño. Cada mentira es quiebra de confianza, y como tal socava la estabilidad de la relación.
El que mintió ahora vive con el miedo de ser descubierto, con un sentido de culpabilidad, un malestar interior que lo intranquiliza. Ya no puede relacionarse abiertamente con la otra persona, y eso se siente, se vuelve palpable, dejando inquieto al mentiroso y al mentido. Hay un algo que no está bien. En vez de transparencia hay sospecha, en vez de compartir hay ocultar, en vez de honestidad hay más mentiras, en vez de darse completo a otro, hay entrega mínima, cuidadosa, auto-protectiva. Todo eso es muerte a la intimidad, tanto emocional, como sexual y espiritual. La relación empieza a morir — entre padre e hijo, obrero y jefe, mujer y marido, y entre la persona y su Dios. La unica cosa que devuelve la relación a su equilibrio, a su estado de intimidad es completa honestidad, confesión, arrepentimiento, y perdón. Y de allí, un compromiso a la honestidad, en reconstruir la confianza quebrantada y recobrar la intimidad destrozada.
Jesus, como el creador de las personas y el diseñador de relaciones cercanas e íntimas, sabia eso, y sintió compasión por las personas sufriendo los efectos de su pecado. Por eso, se acercaba a las personas, para darles un saboreo de amor, aceptación, compasión, y ternura, y cuando sus espíritus se despertaban al sed que tenían para intimidad, Jesus les apuntaba la dirección — arrepentimiento y fe en él mismo. Pero siempre en ese orden — amor, compasión, amistad, luego la Palabra y el gran mandamiento. Verdadero amor para Dios se refleja en la forma de amar — con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza, y en hacer eso, luego amar al prójimo como amamos a nosotros mismos. Sin obediencia y sumisión al patron de Dios para las relaciones no habra la intimidad que tanto deseamos y necesitamos.
Y en eso está la gran tragedia de la homosexualidad y el matrimonio del mismo genero - jamas puede ser lo que Dios quizo que fuera. Las personas que escojan a relaciones homo-sexuales en vez de hetero-sexuales, jamas experimentarán la maxima expresión, el máximo vivir en intimidad con otra persona que les fue preparado y diseñado por Dios. Dios diseño los dos sexos para que juntos podrían experimentar una unidad, una conexión metafísica, física, sexual y espiritual que tiene su paralelo solo en Dios mismo. El Dios Trino. El Dios que es Tres y es Uno.
“y serán una sola carne”
Esta union cósmica, solo puede ocurrir dentro del contexto de relaciones sexuales heteros. Y esto solo se puede experimentar en su máxima capacidad y gozo y realización dentro del matrimonio monógamo, pues solo así tiene la bendición y la aprobación de Dios. Y en sustituir esa relación para una expresión no sancionada por Dios, se pierde la oportunidad de experimentar la maxima intimidad y amor no solo con otra persona sino tambien en su relación con Dios.
Es como si tomara mi cincel de madera y lo utilizaría como destornillador. Lo puedo hacer funcionar, a veces con cierta eficacia; puedo hacer girar al tornillo. Y a veces resulta ser mas fácil en ciertas circunstancias agarrar el cincel, si me queda mas a la mano. No quiero invertir el tiempo y el esfuerzo en buscar la herrameinta que necesito. Ademas, no quiero negarme la habilidad de completar el trabajo sin mas demora. Pero si tomo esa decision, siempre hay algo que sale dañado en el proceso, y muchas veces es tanto el cincel como el tornillo. Eventualmente, si persisto, termino en causar daños irreparables a los dos. Es el resultado inevitable de ignorar el propósito y diseño de una cosa.
Ahora afuera del contexto de matrimonio monógamo si puede haber atracción, placer sexual, y cierto nivel de intimidad y compromiso, pues esas cosas son resultado de ser imagen de Dios; y toda persona sigue siendo imagen de Dios no obstante su rebelión contra El y su diseño para nuestras vidas. Sin embargo, es algo superficial que en vez de satisfacer a largo plazo, deja a uno deseando más, sintiendo que hay “algo” que se hace falta. Como deshonestidad en una relación socava y sofoca cualquier chance para intimidad profundo, verdadero y perdurable, de la misma forma, introducir una sexualidad no sancionada por Dios hace lo mismo dentro de la relación. Es imposible que las personas involucradas experimentan la relación por lo cual fueron diseñados por Dios. Pecado de cualquier tipo, pero en particular pecado sexual, introduce un viro en la relación que impide el desarrollo de la misma, y terminará tarde o temprano matándola a menos que se remedia la situación. No nos debe sorprender entonces, que las personas van de relación a relación, pareja a pareja (o con multiples a la vez) y su sed, en vez de saciarse, se pone más agudo.
Al mismo tiempo Jesús, en su perfecto equilibrio de ternura, compasión y verdad, sigue deseando intimidad con sus criaturas, y nos invita a saborear su amor a través del arrepentimiento y perdón. Cuando Jesus me mira con mi cincel dañado, el tornillo medio roto y mis nudillos sangrientos, no se corre hacia mi gritando sobre cuanto daño he hecho, o que estúpido soy por intentar apretar tornillo con cincel, aun siendo carpintero él. Mas bien, el me habla de cuan importante es apretar el tornillo bien, y pacientemente me invita a ver el daño que estoy causando. Si tengo ojos para ver, me invita a poner a un lado el cincel e invertir el tiempo y esfuerzo necesario para ir en busca de un destornillador, pues el desea que yo experimenta el gran gozo de hacer las cosas según su diseño. Sabiendo nosotros que este difícil pero atractivo equilibrio es lo que caracteriza el corazón de Jesus, ¿Cómo podemos nosotros, quienes ya hemos saboreados su gran amor, ofrecer algo menos a las personas que nunca lo hayan experimentado por si mismo?
Le invito a comentar sobre donde le es dificil mantener ese equilibrio de verdad y amor.